UMFotografía no nació llamándose así. El nombre original fue Unidad Móvil Fotografía Especializada, y este nombre describía literalmente nuestra forma de trabajar.
Unidad Móvil porque Francisco, el fotógrafo del equipo, se desplazaba en un vehículo con todo el material necesario para capturar y revelar las fotografías en el sitio.
Especializada porque con el paso al medio digital, nos convertimos en especialistas de la fotografía de arte, la gestión del color y el retoque fotográfico.
Las decisiones que tomamos en el pasado, las limitaciones que poseía el medio y las personas con las que trabajamos, nos condujeron por un camino muy concreto que hoy desemboca aquí. Sobre estas líneas que lees y que hemos escrito para ti.
Si has llegado a esta página para conocernos mejor y saber por qué somos quienes somos, es imprescindible que conozcas nuestra historia, y eso es lo que vamos a contarte.
UMFotografía nace de una necesidad: el deseo de Francisco por dedicarse a la fotografía. Un impulso presente desde su juventud y que acabó por abrirse paso.
Como todo proyecto que desea florecer fue necesario un gran esfuerzo inicial. Durante los primeros años Francisco aprendió la técnica fotográfica y trabajó en varias de sus disciplinas (publicidad, moda, etc.), conociendo las herramientas de su profesión al detalle.
El campo más fructífero en un primer momento fue el de la publicidad, y dentro de ese medio conoció a un coleccionista de arte interesado en fotografiar su colección. De forma natural y un tanto inesperada, hayamos nuestra área disciplinar: el arte.
De todas las disciplinas fotográficas profesionales, la vinculada al mundo del arte es una de las que más conocimientos técnicos requiere. Siendo capaces de resolver los no pocos y complejos problemas del medio, decidimos especializarnos en este ámbito por completo.
En la década de los 80 la fotografía aún era analógica. Se realizaba mediante cámaras con película fotográfica que posteriormente debía revelarse. A causa de todos estos procesos, surgían problemas relacionados con el color que en el mundo del arte resultaban cruciales.
Debido a esta situación decidimos montar un laboratorio propio para ofrecer a los clientes un resultado cromático real, solventando el gran problema que existía con el color. Fue así cómo encontramos nuestra especialidad: el tratamiento y la gestión del color.
La creación de ese laboratorio nos permitió suprimir todos los intermediarios, aumentando la calidad resultante de forma considerable, al mismo tiempo que dábamos el paso definitivo hacia el servicio integral, una de las señas de identidad de nuestro trabajo.
En los años 90 aparecieron en España los primeros respaldos digitales, dispositivos electrónicos capaces de acoplarse a cámaras de gran formato (como nuestra Sinar o Hasselblad), y que arrojaban un archivo digital en lugar de emplear película fotográfica.
Esta aparición trajo consigo numerosas dudas, ya que la imagen no se sometía a juicio de forma convencional (visualizando la diapositiva directamente), sino que era reproducida en una pantalla que dependía de su correcta calibración.
Muchas voces de resistencia esgrimieron estas limitaciones en los inicios de la era informática, pero el avance era inevitable y la fotografía digital había venido para quedarse.
Convencidos de que esta tecnología era el futuro a nivel profesional, Francisco aprendió a usar las novedosas herramientas mediante la única vía posible de entonces: conferencias y nuevo equipo, siendo pioneros en aplicarlas dentro del sector.
Una vez asentados y comprendidos los cambios tecnológicos, introdujimos en nuestro estudio el primer sistema ISO certificado en Europa para la gestión del color, recogiendo todos los aprendizajes de la época analógica y llevándolos a la era digital.
Fue ahí cuando nació nuestro lema, la síntesis de toda una forma de pensar y trabajar:
Las herramientas cambian, los conceptos permanecen.
UMFotografía.
La escena digital también abrió una nueva posibilidad: el retoque fotográfico, hasta entonces un proceso muy limitado que ahora cobraba una dimensión nunca antes vista.
Para acceder a estas nuevas posibilidades eran necesarios equipos informáticos muy potentes, y sobre todo, saber manejar los nuevos y complejos programas de edición fotográfica. Así que nuevamente renovamos nuestro estudio y nuestra formación.
Con estas herramientas de posproducción dimos un impulso considerable a nuestro trabajo. Tan decisiva fue su incorporación que acabamos por ofrecerlo como un servicio independiente, algo que todavía mantenemos a día de hoy debido a su alta demanda.
Unido al retoque digital también nació un proyecto muy especial fruto de toda esa experiencia previa. Francisco, como fotógrafo apasionado tanto dentro como fuera de su labor profesional, buscaba una forma de conservar y trabajar los negativos.
Con este objetivo en mente desarrollamos un sistema de digitalización único en el mundo que fusionaba lo analógico con lo digital, permitiendo recuperar obra física e incluso dañada, para su posterior conservación y posproducción. De este modo conciliamos la hasta entonces insalvable barrera que existía entre estos dos mundos.
Pronto nos dimos cuenta del potencial que tenía esta nueva herramienta, así que decidimos ofrecerla como servicio exclusivo a nuestros clientes, cosechando un gran éxito.
Pero aún quedaba un último paso que dar. Uno que culminaría toda una trayectoria profesional marcada por la continua búsqueda de la máxima exigencia.
Con la fotografía digital aparecieron nuevos métodos de impresión. Y con ellos: nuevos problemas. De nada servía la mejor fotografía, el mejor retoque y la más precisa gestión del color, si la impresión final era deficiente. Y este problema era y es muy recurrente.
Este mismo escenario ya lo habíamos vivido en la época analógica con el problema del revelado, y en aquel entonces lo solventamos creando nuestro propio laboratorio. Para dar salida a esta nueva situación, ampliamos una vez más nuestro estudio para incorporar uno de los mejores plotter del mercado, capaz de realizar las impresiones sin perder calidad.
La capacidad de imprimir obra bajos nuestros propios estándares nos permitió liderar la producción de impresiones Giclée. Y debido a nuestra trayectoria, nos convertimos en los primeros y únicos editores autorizados por Epson España con el sello Digigraphie, posición que seguimos manteniendo actualmente.
Con estas nuevas técnicas de impresión hemos logrado el máximo grado de calidad que la tecnología permite en la actualidad, lo cual nos ha permitido seriar obra original que ha viajado hasta lugares tan lejanos como Japón, donde se ha expuesto y vendido con éxito.
De este modo hemos dado el salto definitivo de la escena Europea a la transcontinental, algo en lo que seguimos trabajando a día de hoy acompañando a nuestros clientes.
La fotografía digital, la gestión del color y el retoque fotográfico, la digitalización y las impresiones Giclée, se han constituido como cinco servicios únicos especializados donde el conocimiento sobre uno nos ha llevado al siguiente hasta cerrar el círculo.
Pero estas cinco especialidades solo han sido posibles gracias a media vida de dedicación y un continuo nivel de exigencia, principal motor en nuestra búsqueda por la excelencia.
Treinta y tres años separan aquellas primeras tomas fotográficas de estas líneas. Treinta y tres años de continua formación, actualización y experiencia trabajando con los mejores. Pero sobre todo: treinta y tres años de verdadera pasión por nuestro trabajo.
Sin embargo, el camino no se acaba aquí. Aún queda sendero por recorrer y objetivos por cumplir, de modo que no pasará mucho hasta que volvamos sobre estas líneas para añadir un nuevo párrafo a nuestra particular historia, algo que nos hace sentir muy orgullosos.
Hasta entonces, muchas gracias por compartir el viaje.