La postproducción en fotografía es todo el trabajo de edición digital que se realiza una vez hecha la propia toma fotográfica. Tiene como objetivo mejorar la calidad final de la imagen.
Dentro de la postproducción se distinguen dos áreas bien diferenciadas: el retoque y la gestión del color ISO-Fogra. Cada uno de estos aspectos viene a cubrir unas necesidades clave si se quiere obtener una imagen de calidad fiel a la realidad.
En primer lugar, el retoque es todo el trabajo de edición orientado a mejorar la fotografía, suprimir elementos ajenos a la pieza y que distorsionan el resultado, o incluso corregir problemas y errores de captura en la toma original. El objetivo es lograr una imagen donde la pieza sea la única protagonista y no exista nada que interfiera en su contemplación.
Por su parte, la gestión del color consiste en llevar las imágenes a una normativa cromática unificada. De este modo la pieza mantendrá los mismos colores, evitando que haya diferencias a la hora de reproducirlas o visualizarlas en otros soportes calibrados.
Dentro del retoque existen dos escenarios bien diferenciados sobre los que trabajamos.
El primero es la edición que llevamos a cabo sobre fotografías que nosotros mismos hemos capturado. En estos casos nos centramos en afinar los detalles sobre un material base de mucha calidad, con el objetivo de acercar la imagen definitiva al deseo personal del cliente.
Ejemplos de este tipo de intervención sería la limpieza de superficies (pequeños craquelados o elementos no deseados en arquitecturas), el aislamiento de piezas escultóricas con fondos digitales, o la supresión de reflejos en superficies reflectantes.
El segundo escenario es es aquel que llevamos a cabo sobre imágenes ajenas a nuestro servicio fotográfico, y que muy a menudo requieren de una intervención más profunda.
A las posibilidades anteriores se suman todas las correcciones necesarias consecuencia de una toma mal ejecutada, como por ejemplo, la supresión de sombras (muy habitual en imágenes de pinturas debido a los marcos), restauración y reconstrucción de negativos o fotografías impresas, y aumento de la definición entre muchos otros escenarios.
En definitiva, las herramienta de edición digital han abierto un mundo de nuevas posibilidades que si saben usarse adecuadamente, amplían las posibilidades del fotógrafo.
La gestión del color bajo normativa ISO-Fogra es un paso imprescindible para que la imagen final se reproduzca correctamente en cualquier equipo calibrado, como por ejemplo a la hora de realizar una impresión Giclée o una publicación.
Es muy habitual que los clientes acudan con imágenes de obras que no se pueden volver a fotografiar, y que debido a su baja calidad, desean que las retoquemos y llevemos dentro de la normativa de cara a realizar algún tipo de publicación.
Una vez recibimos el material sobre el que vamos a trabajar, recuperamos los colores reales y ajustamos todo lo necesario para obtener una imagen fiel a la pieza original, transformando la fotografía de origen en un primer momento inservible, en un material apto de cara a cualquier publicación, distribución o venta.
Para realizar este tipo de trabajos es imprescindible contar con equipos calibrados, desde la cámara o escáner en caso de realizar una toma fotográfica o digitalización, pasando por los monitores donde se visualiza el resultado, hasta la maquinaria de impresión.
La calibración bajo una misma normativa ISO-Fogra es la única garantía de que la imagen que se obtiene muestra una gama cromática ajustada a la realidad. Es por ello que calibramos todos nuestros equipos de forma periódica para evitar cualquier mínima desviación, de modo que siempre trabajemos con imágenes veraces.
Regirse por la normativa ISO-Fogra es un paso obligatorio para cualquier profesional que quiera ofrecer a su cliente un trabajo de calidad apto para cualquier fin.
Si, se puede aumentar. En nuestro estudio contamos con herramientas digitales para poder ampliar la resolución de los archivos digitales nativos. Este es un problema muy frecuente que nos encontramos y para solventarlo hemos desarrollado una metodología de trabajo muy eficiente con resultados excelentes. Aunque siempre recomendamos que tanto una digitalización como una toma fotográfica se hagan a la máxima resolución posible para evitar problemas en el futuro como este.
Si, se puede reparar. En muchas ocasiones la digitalización de los originales (negativos y positivos) no están en perfectas condiciones y muestran arañazos e incluso falta de información en alguna parte de la toma. En estos casos se pueden emplear técnicas digitales de restauración combinadas con un retoque preciso en las partes más deterioradas. Para ello es imprescindible poseer un gran conocimiento técnico y utilizar equipos perfectamente calibrados a la normativa ISO-Fogra.
Si, se puede recuperar. Este es un problema muy frecuente que abordamos de manera regular. En el caso de que la imagen sea de un original ya muy deteriorado de color, o bien que la propia digitalización o fotografía en su momento no se hiciese de forma correcta, la intervención siempre requiere de un estrecho diálogo con el cliente. El objetivo es interpretar el color de la imagen a corregir, comparándola con otras obras del mismo creador correctamente ajustadas a modo de referencia. Solo de este modo y con cuidado pueden extraerse los colores reales ajustada a normativa ISO-Fogra.